Comentario
¿Existió anteriormente al Paleolítico superior una actividad artística? Es posible y existen indicios, pero nos faltan testimonios indiscutibles. Para épocas muy remotas en otras ocasiones hemos citado un posible animal grabado en el hueso pelviano de un rinoceronte del Pleistoceno medio de Bizingsleben (Turingia), la mitad de un metacarpiano de un gran bóvido del Achelense de Torralba del Moral (Soria) con una especie de cara de grandes ojos, o la parte facial de un Homo erectus de hace unos 450.000 años hallada en la Caune de l´Arago (Tautavel, Rosellón) y convertida en una posible máscara. Pero estos indicios se hacen más abundantes en el Paleolítico medio.
En el Musteriense -el Paleolítico medio-, conocemos ya la existencia de unas prácticas funerarias que consisten en enterrar los muertos teñidos de ocre rojo o tendidos sobre un fondo de este color, y con algunos objetos, lo que sin duda constituye un argumento en favor de la existencia de una creencia religiosa (La Chapelleaux-Saints, Corréze; La Ferrassie, Dordoña; Teshik-Tash, Uzbekistán; Guattari en el monte Circeo; etcétera). Es posible que en este período existiera un arte primitivo sobre materiales perecederos (pieles, cestería, cortezas de árboles, madera, etcétera; y también pintura sobre el cuerpo). Pero hasta nosotros sólo han llegado trazos abstractos hechos con un cierto ritmo, o los denominados "gribouillis", garabatos sin orden aparente pero que para sus autores pudieron tener algún significado, y que, luego, en el Paleolítico superior, se encuentran tanto en el arte mueble como en el parietal. Todos esos indicios podrían incluirse en la denominación de actividad artística prefigurativa. Piero Leonardi ha reunido casi un centenar de pequeñas muestras de este tipo, sobre cortex de sílex, cantos y plaquetas (Riparo Tagliente, Verona; Terra Amata, Niza; La Ferrassie, Dordoña; etcétera). Muchas de ellas son probablemente resultado de una actividad técnica. Sin embargo, hay algunas que no cabe duda debieron tener algún significado.
Parece probable que esta inclinación hacia una actividad gráfica tuviera un cierto valor para los hombres del Musteriense, como ha recordado F. Bourdier: ".. la estría pudo tener un sentido de presencia, de posesión, sugerido por los zarpazos de los osos sobre las paredes de las cavernas. Mediarte muescas o estrías dispuestas regularmente, un sentido enumerativo no debe ser descartado; desde el Musteriense, los hombres pudieron constatar las lunaciones o los años; pudieron existir muy pronto los bastones-calendarios, antepasados de los que estaban en uso no hace mucho en el Pirineo, los Balcanes y el norte de Europa". El problema deja de serlo cuando se constata la instalación en el escenario europeo del Homo sapiens sapiens hacia el 38/35.000 a. C.